
El espectro de las fuentes de luz y bajos niveles de iluminación: fundamentos
Wout van Bommel
Desde hace ya algún tiempo está teniendo lugar a nivel mundial un acalorado debate científico sobre si el espectro luminoso de determinadas fuentes de luz tiene o no ventajas en determinadas condiciones de bajos niveles de iluminación. Los términos “Visión Mesópica” y “Visión Escotópica” son claves en esta controversia. La discusión es especialmente importante en el campo del alumbrado exterior, tanto de vías de circulación de vehículos como de áreas residenciales, dónde usualmente se utilizan niveles de iluminación relativamente bajos. Hoy en día, este debate está más de actualidad que nunca, debido a que con la irrupción de la tecnología de los LEDs es posible la producción de todo tipo de colores y todos los diferentes tonos de la luz blanca.
En esta discusión en ocasiones afloran algunos “sin-sentidos”. A menudo la razón principal es una falta de conocimientos sobre la materia, probablemente comprensible, debido a que en ella entran en juego muchos, diferentes y complicados aspectos.
Hacer una comparación directa entre visión fotópica y visión escotópica, sin tener en cuenta el estado de adaptación del ojo, como en el caso de alumbrado viario, nos puede lleva a sacar conclusiones equivocadas. Otro error frecuentemente cometido, es tener en cuenta un solo aspecto de la visión mesópica. Debemos considerar todos los aspectos, tanto de la visión directa (“on-line”) como de la visión indirecta (“off-line”), conjuntamente con la contribución que un determinado espectro luminoso, debido a un mejor reconocimiento del color, puede aportar al rendimiento visual, aún en condiciones de bajos niveles de iluminación. A veces las condiciones de uniformidad de luminancias comúnmente utilizadas en las investigaciones sobre el terreno, son simplemente erróneas e incorrectamente utilizadas en las circunstancias que se dan en el caso anteriormente mencionado del alumbrado viario. Por último, pero no por ello menos importante, con frecuencia se obvia el hecho de que las condiciones de trasmitancia espectral del ojo humano cambian considerablemente con la edad, hecho que podría tener serias consecuencias para los usuarios de mayor edad de las vías de circulación, tanto si son conductores como si son peatones.
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