Por primera vez en su historia, Arco ha contado con una iluminación LED de bajo consumo para asemejarse a otras ferias de arte europeas de primer nivel.

  • El sistema lumínico instalado aporta más protagonismo al color real de las obras, al tiempo que asegura su conservación y evita distracciones e incomodad al visitante.
  • Varios artistas han solicitado incorporar dicha iluminación en su obra (MorseRoma/RAER/Arco2019), como la creadora Clara Montoya, del stand de la Real Academia Española en Roma.

Arco, una de las ferias más importantes del mundo, ha llevado a cabo, en esta edición de 2019 un cambio en el sistema de iluminación, con la instalación de proyectores de bajo consumo LED, lo que ha permitido recuperar y visualizar el color y la nitidez de las obras, creando un ambiente lo más parecido a su observación en un espacio natural. Este cambio, además de suponer un gran ahorro energético, la sitúa a niveles comparables a otras ferias europeas de primer nivel.

En palabras de los propios galeristas, como Virginia Murcia, de la Galería Luis Adelantado Valencia, “este cambio ha acercado a Arco a ferias de nivel europeo, como Frieze o Torino, y ha logrado una iluminación general, igualada y luminosa, evitando que las obras más altas sufran, como ha ocurrido en años pasados”.

La realidad es que la iluminación ha jugado un papel fundamental en esta feria, dado que sus especificaciones son muy diferentes en lo que respecta a la iluminación de esculturas, obras multimedia o cuadros. La esencia general en todos los casos es que la obra debe brillar con luz propia, sin que los proyectores llamen la atención y generen distracción a los visitantes.

En este caso se ha optado por la instalación de más de 2.500 proyectores LED, fabricados por Roblan, la compañía española experta en iluminación LED y material eléctrico, que incorporan la última tecnología en chips de LED de alto rendimiento, con los que se logra una reproducción excelente de colores –CRI de 90-, y se genera un entorno de luz natural que permite observar las obras con una nitidez absoluta.  “Esta nueva iluminación ayuda a la proyección de nuestras obras, dado que se observa su color verdadero, da espacio al ambiente y mitiga el calor producido por los halógenos, generando comodidad al usuario. Es un sistema amigable con los galeristas, las obras y el público”, resaltó Pierina Seinfld, de la Galería Lidia Benavides de Perú, país invitado en esta edición de Arco 2019.

Según María Hernández, gerente y diseñadora del departamento de proyectos de Roblan, “hay ciertas buenas prácticas que se deben tener en cuenta a la hora de iluminar espacios destinados a exposiciones. Es importante realizar un estudio lumínico previo para estudiar la intensidad requerida en cada punto y así evitar deslumbramientos y sombras, y proyectar así la obra en todo su esplendor”. Algunas de las fundamentales son:

  • La dirección de la luz frente a la obra: con una orientación precisa y uniforme que evite las sombras.
  • La intensidad lumínica: cuidando las necesidades de cada obra para evitar el deslumbramiento. Varía de entre 50 y 200lux y el deslumbramiento se evita por medio de la distancia de instalación y la elección de la óptica y/o difusor.
  • Tasa de deterioro: los rayos UV producidos por los halógenos tienen un efecto muy negativo en el arte, algo que se logra evitar con la tecnología LED, que no genera ni UVA ni IR. De esta manera es posible iluminar obras sensibles y conservarlas en el tiempo.
  • La iluminación eficiente del entorno: además de cuidar la iluminación específica de la obra, hay que estudiar el ambiente general del espacio, para ayudar a dirigir la mirada del visitante a los puntos determinados. Para ello se requiere un estudio a medida que evite perder iluminación es espacios innecesarios, como los techos.

Estos detalles tienen tanta importancia que Clara Montoya, una de las artistas del stand de la Real Academia de España en Roma, solicitó incorporar los nuevos proyectores LED en su obra, el MorseRoma/RAER/Arco2019, un código morse lumínico que recuerda a todas las personas que han pasado por la Real Academia en Roma. Los proyectores instalados debían encenderse y apagarse cada dos minutos durante todo el tiempo que duró la feria para mencionar los 1.200 nombres. En sus palabras, “el edificio lanza por las noches un mensaje con luz acordándose de estas personas. Cuando tuve que versionar la pieza para este contexto, en el mar de luz de Arco, lo que quise era apagarlos para proyectar el mensaje y esto es más sencillo con estos nuevos proyectores LED que tienen una alta resistencia de ciclos de conmutaciones y no se funden nunca”.

De este modo, Arco no solo ha contribuido al bienestar de galeristas y visitantes, sino que ha logrado ahorrar alrededor de 11.500 euros durante los once días de montaje y exposición. Es decir, se reduce en un 83% la potencia eléctrica consumida y los gastos de climatización, así como de mantenimiento, ya que la vida útil del proyector LED se extiende hasta las 35.000 horas, frente a las 2.000 del halógeno lineal.

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