Ramón Sebastiá Álvarez – Jorge Barreiro Mata

MOONOFF, S.L.

Resumen texto, con principales resultados/
Summary of text with principal results

La evolución del ser humano se ha dado en su gran mayoría durante las horas diurnas del día, es decir, el hombre no tiene su fisonomía natural adaptada a las horas nocturnas, las cuales se caracterizan por su falta de luz. Con el nacimiento de la electricidad y sus derivadas aplicaciones económicas, se produce desde la segunda revolución industrial la oportunidad de iluminar las ciudades de manera artificial. Esto supone no sólo un cambio técnico-tecnológico sino un cambio social. Permitiría a las civilizaciones alargar sus actividades industriales hasta horas más tardías acelerando con ello los procesos socio-económicos de las ciudades asociados a dicha actividad.

Hace más de cien años que las calles de las ciudades del mundo están iluminadas de manera artificial, en las últimas décadas, el grado e intensidad de la iluminación artificial de la noche se ha incrementado de tal forma que se empiezan a apreciar ya ciertos efectos nocivos provocados por la misma. Las dos principales acepciones afectadas por la contaminación lumínica son la Contaminación Lumínica Astronómica, es decir, la que altera la vista del cielo nocturno considerado como paisaje, y la otra acepción, se corresponde con la “contaminación lumínica ecológica, referida a la alteración de los regímenes de luminosidad naturales en los ecosistemas terrestres y marítimos.

La utilización de las fuentes de luz artificial tras la puesta del sol ha permitido al hombre llevar a cabo tareas y gozar de diversas actividades durante mucho más tiempo. De hecho, la luz durante la noche se ha convertido en algo tan común que en muchos lugares del mundo la verdadera oscuridad está virtualmente desapareciendo. Los científicos se han dado cuenta de que la exposición a la luz durante la noche también tiene consecuencias para la fisiología humana y animal. La luz nocturna, cuando es de suficiente intensidad y de la longitud de onda apropiada (azul), es convertida a una señal eléctrica que viaja al sistema nervioso central. Esta señal altera la función del reloj biológico y por tanto altera los ciclos circadianos de los seres vivos, provocando reajustes en la fisiología del organismos de los seres vivos llegando a provocar males patológico que pueden incluso derivar en una mayor probabilidad de padecer cáncer.
Intentar conseguir una iluminación artificial capaz de evitar estos problemas representa algo que va más allá del hecho de garantizar el desarrollo de la ciencia o el disfrute de las personas, ya que implica también un compromiso con la conservación del medio ambiente y la posibilidad de disponer de los beneficios tecnológicos, económicos y culturales que proporciona de forma continua. Es también, al fin y al cabo, un compromiso con las generaciones futuras.

A través del presente documento se van a estudiar posibles soluciones que ofrece la iluminación artificial mediante tecnología LED, para ver como esta reciente e impactante tecnología puede solventar la problemática previamente mencionada. Además se hará siempre desde el punto de vista marcado por las directivas y normas aplicables en el territorio, tanto europeo como nacional, en lo que concierne estas acepciones.

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