
Convertir la iluminación urbana en una infraestructura inteligente es clave para el desarrollo de las ciudades del futuro.
Francisco Pardeiro, director general de Schréder Spain, explica cómo la tecnología, la inteligencia artificial y la sostenibilidad están redefiniendo el sector del alumbrado público.
Cada ciudad es única y, por lo tanto, sus necesidades de iluminación también lo son. La evolución hacia las Smart Cities no pasa por aplicar soluciones estándar, sino por diseñar sistemas adaptables que optimicen el consumo energético y mejoren la vida de los ciudadanos. Desde Schréder España trabajan con la premisa de que la iluminación urbana debe ser eficiente, sostenible y flexible. En esta entrevista, su director general, Francisco Pardeiro, explica cómo la compañía está innovando en este ámbito y qué tendencias en torno a las Smart Cities marcarán el futuro del alumbrado público.
La iluminación urbana está en el centro de la transformación hacia las Smart Cities, jugando un rol esencial en la sostenibilidad y la habitabilidad. Desde su visión como director general, ¿cuáles cree que son los principales retos y oportunidades para la iluminación en este contexto a medida que nos sumergimos en este 2025?
La iluminación urbana es uno de los componentes fundamentales en la estructura de las ciudades. Forma una infraestructura que cubre casi la totalidad de la superficie de estas, por lo que es clave y fundamental en el camino de las ciudades hacia el progreso. Las Smart Cities son, cada vez más, una realidad, a pesar de que queda todavía mucho camino por delante. Por ello, el primer reto que tenemos es estar a la altura tecnológica y sostenible de las ciudades inteligentes, ofreciéndoles productos con la mayor calidad del mercado, que ayuden a continuar mejorando y progresando a las ciudades.
Con productos como nuestro sistema de telegestión EXEDRA, pretendemos mejorar la sostenibilidad y la calidad de vida de las ciudades y sus ciudadanos. Gracias a EXEDRA, las ciudades podrán tener una iluminación eficiente que reduzca la huella de carbono lo máximo posible y maximice el ahorro energético y económico. A la vez, permite incorporar todo tipo de sensores o dispositivos que puedan mejorar aún más esta eficiencia energética y la calidad de vida de los ciudadanos, adaptándose a las necesidades de estos y de la propia ciudad en todo momento. Este es uno de los puntos clave en el camino de las ciudades hacia las Smart Cities, el sistema de iluminación de un municipio puede servir de infraestructura y apoyo para otros muchos servicios públicos.
En definitiva, nuestro principal propósito es aportar la iluminación más eficiente posible en todo momento, ya sea aportando más o menos luz, encontrando el equilibrio perfecto entre sostenibilidad, seguridad y confort.
Schréder ha estado al frente de proyectos de iluminación conectada, como en Valencia, donde las luminarias ya recopilan datos increíblemente valiosos para la gestión urbana. ¿Qué impacto han demostrado tener estas iniciativas en términos de eficiencia energética y sostenibilidad, ¿podría destacarnos alguna lección o enseñanza que hayan podido extraer de dichos proyectos (durante su ejecución o tras ellos)?
Muchos de nuestros proyectos de iluminación conectada han tenido un gran impacto positivo en términos de eficiencia energética y sostenibilidad. En este sentido, una vez más, hemos sido galardonados con el nivel Oro, esta vez con una puntuación de 75 sobre 100 puntos, en la calificación de sostenibilidad EcoVadis 2024, reconocida internacionalmente. Esta calificación nos sitúa en el 4% de los mejores proveedores globales en todas las industrias y reconoce nuestro compromiso continuo con todos los aspectos de la sostenibilidad.
Por ejemplo, el proyecto que mencionas de la renovación del alumbrado de Valencia supuso una reposición de más de 30.000 luminarias, actualizando así el alumbrado de la ciudad a una iluminación conectada. Esto supuso para el municipio un 74% de ahorro energético, con el correspondiente ahorro económico.
Pero no todos los proyectos de iluminación conectada están centrados en el ahorro energético. Es cierto que siempre se va a conseguir una mejora en estos términos e incluir iluminación conectada contribuirá con la sostenibilidad de la ciudad, pero hay otros proyectos cuyas necesidades pasan más por mejorar el confort y calidad de vida de los ciudadanos u ofrecer servicios adicionales, propios de una ciudad inteligente.
Para nosotros, convertirse en una ciudad inteligente no es el objetivo final, lo importante es continuar caminando hacia el continuo desarrollo y mejora, a la vez que los municipios aprovechan al máximo los beneficios únicos de cada proyecto.
Esto quiere decir que estudiamos en detalle los deseos y necesidades de cada cliente, en cada proyecto, ofreciéndoles la solución adaptada idónea para ellos. La misma solución no puede servir para todos los casos.
Por ello, cada uno de nuestros proyectos de iluminación conectada es único y busca unos resultados diferentes, en función de los requerimientos de cada municipio. Esta es la principal lección que extraemos de cada proyecto y que implantamos en los siguientes.
La contaminación lumínica sigue siendo un desafío global, con impacto directo tanto en la salud humana como en el medioambiente. Bajo este prisma, ¿qué soluciones se deben ofrecer desde el sector del alumbrado para lograr minimizar la contaminación lumínica? Y, dando un paso más allá, ¿es posible combinar además sostenibilidad y diseño en dicha ejecución?
Está claro que la contaminación lumínica es un gran problema que debemos afrontar y mejorar entre todos. Trae graves consecuencias para la salud y el confort y descanso de las ciudades, pero además afecta gravemente a la flora y fauna de la zona. Además, supone un gran derroche de energía.
Por todo ello, para nosotros es clave aportar solo la luz necesaria, en el lugar y en el momento adecuados, reduciendo así la contaminación lumínica al máximo. En Schréder apoyamos el movimiento de cielos oscuros y hemos realizado numerosas actualizaciones en nuestros productos, hasta el punto de especializarnos en soluciones de alumbrado público diseñadas para minimizar la contaminación lumínica.
Disponemos de una, cada vez mayor, gama de productos certificados por la Asociación Internacional del Cielo Oscuro (IDA), actualmente contamos con veinticinco.
Sí, seguro que se puede combinar la sostenibilidad y la reducción de la contaminación lumínica con el diseño. Por ejemplo, cada vez más luminarias de nuestro catálogo están siendo aprobadas por la Asociación Internacional del Cielo Oscuro y no están sufriendo cambios en su estética. Entre estas, tenemos algunos de nuestros modelos “deco” con mejor diseño, como la FLEXIA FG, la ALBANY GEN2 o la YOA.
Hablando de eficiencia e innovación en el sector, ahora el foco está, sin duda, en la inteligencia artificial, una terminología que prometía revolucionar la sociedad y que, para 2025, ya es una realidad tangible en el alumbrado público, abriendo nuevas alternativas para la gestión eficiente de las ciudades. Centrándonos en vuestra experiencia, ¿cómo habéis integrado desde Schréder esta tecnología en vuestros sistemas?, ¿se podría afirmar que, efectivamente, se está logrando transformar la experiencia urbana a través de la IA?
Es una realidad que el crecimiento, en estos últimos años, de las inteligencias artificiales en muchísimos campos ha sido espectacular. Obviamente, no podía ser menos en las Smart Cities y, en concreto, en el sector del alumbrado.
Con el rápido crecimiento que están teniendo las ciudades, es vital que su desarrollo tecnológico vaya a la par, para que los dirigentes puedan construir entornos urbanos conectados que hagan la vida más sencilla, segura y agradable para los ciudadanos. En este aspecto, la IA juega un papel esencial.
Por ejemplo, en Schréder Hyperion, nuestra rama de investigación y desarrollo, hemos estudiado cómo implementar la IA para superar uno de los mayores problemas históricos de las ciudades, los atascos.
Hemos llevado a cabo un nuevo White Paper de “Aproximación al análisis del tráfico con visión por ordenador”. En él, hablamos de como la IA puede servir a las autoridades a medir los flujos de tráfico para mejorar la circulación de las ciudades, todo ello, sin necesidad de la intervención humana. Así, se mejora aún más la eficiencia, el tiempo y los costes.
Además, en este campo también podemos hablar del desarrollo de nuevos sensores virtuales que basan su mejora y lectura de datos en la IA para poder detectar datos avanzados y predefinir escenarios lumínicos adecuados y adaptados a cada ciudad en particular.
Y no sólo enfocamos las nuevas ventajas que ofrece la IA hacia soluciones innovadoras de aplicación en el campo de los servicios de la Smart city, sino que también trabajamos con la IA en el desarrollo de nuestras plataformas y Softwares de gestión urbana; ya sea mediante el uso de chatboxes, para que los usuarios puedan lanzar sus propias preguntas al sistema y conocer todo el alcance de las plataformas y lo que son capaces de hacer, o incluso haciéndolos más adaptativos, siendo capaces de proponer aplicaciones, reportes, o automatizaciones más eficientes en cada momento a los gestores de la plataforma, con el objeto de optimizar los recursos de la ciudad en los servicios públicos.
Continuando con esa experiencia urbana, una de las metas a alcanzar ahora es avanzar en el camino hacia la neutralidad de carbono. En este sentido, el alumbrado público es un ámbito clave para reducir dichas emisiones y maximizar la eficiencia energética en las ciudades. ¿Qué metas específicas se ha marcado Schréder en esta línea para este 2025, y cómo se alinean con las normativas internacionales vigentes en la actualidad?
Sabemos que, al ser una empresa de fabricación, el desarrollo de nuestra actividad tiene un impacto en el medioambiente. Por ello, estamos muy comprometidos para reducir al máximo nuestro impacto negativo y nuestra huella de carbono. Ya en 2023, nos propusimos fijar objetivos de reducción de emisiones a corto plazo en toda la empresa con la iniciativa Objetivos Basados en la Ciencia (SBTi). Este pasado 2024, los objetivos recibieron la aprobación de la SBTi.
De este modo, que estamos comprometidos a reducir nuestras emisiones tanto en nuestros procesos de fabricación como los derivados de los productos vendidos un 52,5% y un 27,5% respectivamente, para el año 2030.
La gran mayoría de las emisiones de Schréder son indirectas, están asociadas a la vida útil de las luminarias. Por ello nuestros mayores esfuerzos se llevan a cabo durante la fase de diseño de cara a aumentar en lo posible la eficiencia y circularidad de nuestros productos.
En Schréder estamos centrados en crear productos que ayuden a nuestros clientes a minimizar el consumo energético, dándoles todas las herramientas posibles para aportar la luz necesaria que unifique la seguridad y el confort con la eficiencia energética.
Respecto a las emisiones derivadas directamente de nuestra actividad, en nuestra planta de Marchamalo, Guadalajara, contamos con un Sistema de Gestión Energética certificado bajo ISO 50001. Esto significa que realizamos un seguimiento exhaustivo de todos los usos energéticos de nuestra fábrica, estableciendo anualmente objetivos específicos de ahorro a través de la optimización de las tecnologías y de los procesos productivos, para conseguir la máxima eficiencia de estos.
Actualmente estamos haciendo grandes esfuerzos para cumplir con nuestros objetivos, a través de la optimización de nuestros procesos de producción y de nuestras soluciones de iluminación. Por ejemplo, en la cubierta de nuestra fábrica hemos instalado placas fotovoltaicas para abastecer de energía a toda la planta. Esto ha ayudado en gran medida a reducir el consumo energético en nuestro proceso de producción.
Las previsiones apuntan a que la tecnología y la regulación continuarán avanzando en el sector del alumbrado, marcando el ritmo de la innovación. Desde su perspectiva, ¿qué tendencias o normativas consideran que definirán la evolución del alumbrado urbano en los próximos cinco años?
La principal tendencia actual es el hecho de disponer de conectividad en las luminarias actuales y futuras. Que sean un elemento más dentro de la red del Internet de las cosas y de poder conectarlas a todo lo que ofrece internet hoy, con las ventajas que eso supone. Esta conectividad se puede llevar a cabo de distintas maneras, pero ofrece a los gestores de alumbrado municipal un servicio casi instantáneo de gestión del alumbrado a través de plataformas abiertas, robustas e interoperables, que generan una vertical dedicada al alumbrada entre otros servicios de la ciudad.
El siguiente paso es convertir esta conectividad en Alumbrado inteligente o Smart, mediante el hecho de utilizar datos existentes y disponibles a través de soluciones cloud, para utilizarlos en tiempo real de tal manera que se pueda gestionar el alumbrado de forma eficiente y de manera adaptativa a las necesidades de cada zona de las ciudades.
Esto es algo que ya podemos hacer, podemos utilizar datos existentes de volumen de tráfico, o de previsiones meteorológicas para adaptar la luz en consecuencia allá donde sea necesario y en función de las necesidades de cada zona concreta de la ciudad. Si a esto le añades sensorización real o virtual o incluso el uso de la IA, es entonces posible conseguir aplicaciones de alumbrado adaptativo, que adecuan su perfil de regulación a las necesidades de la vía de manera óptima, precisa y eficiente.
Esta tendencia no sólo sirve para dedicarla al alumbrado y crear una isla independiente de este servicio, las ciudades modernas nos demandan crear sinergias con otros servicios de manera transversal y siempre a través del IoT mediante la conectividad. Es muy habitual que cada ciudad tenga unas necesidades específicas y que se puedan cumplir mediante la conectividad, realizando acciones que asocian diferentes servicios. Por ejemplo, que la ruta del camión de la basura tenga un nivel de iluminación más alto en el momento del paso del propio camión, o que un sensor sonoro recoja niveles y ante unos decibelios elevados suba el nivel del alumbrado en una plaza
Por último, no debemos olvidar que la luz es emoción, y que las ciudades quieren que sus calles se vivan de noche de una manera emocional diferente a como se viven de día, por eso es muy importante controlar la luz de manera adecuada a esas necesidades y muy de la mano con el respeto medioambiental. Es por ello por lo que hay una tendencia de embellecimiento de la ciudad que nos obliga a diseñar ópticas urbanas específicas y controlar mucho la temperatura de color, incluso llegando a variarla a lo largo de la noche en función de lo que pase en la propia ciudad.