
Los profesionales de la iluminación señalan la dirección de la luz como el mayor reto frente a la contaminación lumínica, pero advierten: el equilibrio requiere una estrategia integral.
El alumbrado exterior enfrenta un reto creciente: cómo garantizar seguridad, confort visual y eficiencia sin incrementar la contaminación lumínica. Una encuesta realizada en por el CEI revela qué factores consideran más complejos de equilibrar los profesionales del sector, aportando una valiosa visión sobre prioridades y desafíos. Estos resultados, contrastados con fuentes oficiales como la CIE, la Fundación Starlight y el IDAE, permiten comprender mejor la encrucijada entre diseño lumínico y sostenibilidad ambiental.
Resultados de la encuesta
En el marco del debate semanal #DebateLumínico, se lanzó la pregunta:
👉 ¿Qué factor es más complejo de equilibrar al reducir contaminación lumínica?
Los resultados finales fueron:
- Dirección de la luz 🔦 → 38%
- Intensidad por horario ⏰ → 29%
- Temperatura de color 🌈 → 19%
- Mantenimiento del flujo 🛠️ → 14%
Esto refleja que la orientación y distribución fotométrica de la luz se percibe como el mayor desafío técnico, por encima incluso de la regulación horaria o de la elección del espectro lumínico.
1. Dirección de la luz: el reto más citado (38%)
El resultado coincide con lo que recogen la CIE (Commission Internationale de l’Éclairage) y la Fundación Starlight: una de las principales fuentes de contaminación lumínica es la luz mal dirigida, especialmente la que se emite hacia el hemisferio superior (FHS).
- Según la Guía de Requerimientos Técnicos del CEI, el FHSinst máximo permitido debe ser ≤ 3% en luminarias funcionales y proyectores, y ≤ 5% en ambientales y faroles.
- La Comisión Europea, en su Green Public Procurement Criteria for Road Lighting, también incide en limitar la emisión superior y emplear ópticas de corte total.
Esto demuestra que el control fotométrico y el diseño óptico son prioritarios en cualquier estrategia de mitigación.
2. Intensidad por horario: la regulación dinámica (29%)
El segundo factor más votado se relaciona con la dimming inteligente y la telegestión.
- Estudios de Red Eléctrica de España y el IDAE muestran que una gestión dinámica de los niveles de alumbrado puede reducir entre un 30–40% el consumo energético nocturno.
- La norma UNE-EN 13201 ya contempla la reducción de niveles de iluminación en horarios de menor tránsito.
Sin embargo, la dificultad radica en encontrar el equilibrio: una reducción excesiva puede comprometer la seguridad vial o peatonal.
3. Temperatura de color: el impacto del espectro (19%)
La discusión sobre temperaturas de color cálidas (<3000K) frente a frías (>4000K) es central en la relación entre alumbrado y biodiversidad.
- Según la Fundación Starlight, las longitudes de onda cortas (azules) son las más disruptivas para la observación astronómica y la fauna nocturna.
- La CIE S 026/E:2018 y documentos de LightingEurope destacan la importancia de controlar la componente azul para minimizar el impacto en ritmos circadianos humanos y animales.
De ahí que cada vez más ciudades opten por temperaturas de color de 2200K–3000K en zonas sensibles.
4. Mantenimiento del flujo y durabilidad (14%)
El menor porcentaje lo obtuvo el reto de mantener el flujo luminoso constante durante la vida útil.
- La guía del CEI establece una vida máxima de 100.000 h a 25 °C, con especificación de parámetros Lxx y Bxx.
- Este control es clave para garantizar que la reducción progresiva del flujo no genere sobreiluminación inicial ni deficiencia lumínica a medio plazo.
Aunque menos votado, este punto conecta con la sostenibilidad económica y la reducción de costes de mantenimiento.
Conclusión
La encuesta en LinkedIn refleja una percepción clara: el control de la dirección de la luz es hoy el mayor reto para reducir la contaminación lumínica. Sin embargo, los datos oficiales muestran que la solución pasa por un enfoque integral, que combine:
- Ópticas precisas y corte total de flujo superior.
- Regulación inteligente de intensidades por horario.
- Selección de temperaturas de color cálidas y adaptadas al contexto.
- Garantía de durabilidad y estabilidad fotométrica.
El desafío no es optar por un único factor, sino equilibrarlos en cada proyecto, combinando criterios técnicos, normativos y ambientales.