“Los fabricantes debemos diseñar luminarias que no solo cumplan con los requisitos fotométricos, sino que respondan a los desafíos ambientales actuales”
Guillermo Redrado, vicepresidente de ATP Iluminación, destaca cómo la elección de una temperatura de color adecuada es un factor determinante en un alumbrado urbano de calidad



Lejos de ser solo una cuestión técnica, la iluminación urbana está llena de decisiones que afectan profundamente a la transformación del espacio urbano y a nuestra relación con el entorno. En este sentido, Guillermo Redrado, vicepresidente de ATP Iluminación, aboga por temperaturas de color cálidas como una apuesta por ciudades más habitables y sostenibles, donde la tecnología LED evoluciona al servicio de las personas y el medio ambiente.
En una entrevista para esta web, Redrado indica que la cuestión principal radica en el tipo de iluminación que mejor equilibra los intereses humanos y ambientales. “Como fabricantes, nuestra obligación no es solo fabricar el mejor producto del mundo, sino hacerlo con lógica y con respeto por el planeta”, sostiene. Subraya que, aunque la tendencia inicial con los LEDs favorecía temperaturas de color ultrafrías, los avances tecnológicos han permitido el desarrollo de diodos de 1800 y 2200 K, que combinan eficiencia con un menor impacto ambiental y un mayor confort visual.
Este enfoque, señala Redrado, no solo es ambientalmente responsable, sino que responde a una normativa europea más estricta en eficiencia energética, la cual establece un límite de 3000 K para la iluminación urbana. En España, de hecho, algunas administraciones están comenzando a optar por temperaturas más cálidas en entornos residenciales y naturales debido a sus beneficios para la biodiversidad y el confort visual. “La elección de una temperatura de color adecuada es un factor determinante en un alumbrado urbano de calidad, y las temperaturas cálidas son mejores para el ser humano, más respetuosas con el entorno y, al mismo tiempo, igual de eficientes”, apunta.
Respecto al índice de reproducción cromática, uno de los argumentos habituales en favor de la luz blanca, Redrado desmiente que las temperaturas cálidas actuales generen una pérdida significativa de color. “Hoy en día, existen diodos LED de temperaturas cálidas con un índice de reproducción cromática superior a 70, suficiente para alumbrado exterior. No se ha demostrado que un índice superior aporte beneficios significativos en este ámbito”, explica. De hecho, destaca que la luz cálida reduce el deslumbramiento, mejorando tanto el confort visual como la seguridad, dado que una mayor comodidad en la visibilidad previene accidentes.
La experiencia de ATP Iluminación en proyectos como el de Castiello de Jaca en Aragón respalda esta visión. En este municipio, la instalación de iluminación de 2200 K no solo ha brindado una atmósfera acogedora, sino que también ha sido favorable para el entorno natural y la calidad de vida local. “Todos los proyectos que hemos implementado con temperaturas de color de 2200 K e inferiores han sido un éxito tanto a nivel lumínico como social y ambiental”,asegura Redrado. Estas instalaciones han recibido certificaciones de calidad del cielo nocturno, como Starlight, en reconocimiento a su diseño sostenible.
Para sensibilizar a las autoridades y al público, Redrado enfatiza que “la única manera real de influir es con el ejemplo”. Explica que ATP ha demostrado repetidamente los beneficios de una iluminación cálida, con luminarias que minimizan el componente azul de su radiancia espectral, el cual resulta particularmente dañino para la biodiversidad.
Además de contribuir a la sostenibilidad, ATP se ha esforzado por innovar en otras áreas críticas para la eficiencia energética y la duración de sus productos. Con tecnologías como el Difusor Confort® y el Disipador Laminar®, la empresa ha logrado reducir el deslumbramiento y mejorar la gestión térmica de los LEDs, lo que incrementa su vida útil y reduce el consumo de energía. “Es fundamental que los fabricantes diseñen luminarias de alta calidad que no solo cumplan con los requisitos fotométricos, sino que también respondan a los desafíos ambientales actuales”, concluye Redrado.