
Ricard Comulada, responsable de proyectos y servicios en Tridonic, comparte su visión sobre el presente y futuro de la iluminación conectada, una tecnología que promete revolucionar la forma en que gestionamos recursos y confort en el alumbrado.
Comulada plantea, además, una cuestión clave que invita a reflexionar: “Tenemos conexión eléctrica, comunicación y protección. ¿Por qué no aprovechar esta infraestructura para nuevos usos?”.
La iluminación conectada se ha convertido en un foco central dentro del desarrollo tecnológico del sector de la iluminación. En una reciente entrevista con Ricard Comulada, responsable de proyectos y servicios en Tridonic, empresa de soluciones de iluminación innovadoras, exploramos las tendencias actuales y las posibilidades futuras de esta tecnología, que promete revolucionar la forma en que interactuamos con el alumbrado urbano y corporativo.
Innovación y futuro en iluminación conectada, desde la perspectiva de Tridonic
La iluminación conectada no es un concepto nuevo, pero está ganando relevancia en el panorama actual gracias a los avances tecnológicos y su aplicación práctica. Como explica Ricard Comulada, “una iluminación conectada se refiere a una comunicación digital entre componentes de la iluminación o con sistemas superiores. Esta comunicación puede ser viable o inalámbrica”.
Este tipo de sistemas tiene dos objetivos principales: el confort y el ahorro energético. Según sus palabras, “siempre vamos a tener estos dos pilares como base fundamental”. Adicionalmente, permite adaptarse a las necesidades lumínicas que cambian entre el día y la noche, maximizando la eficiencia y el sentido práctico de su implementación. “Durante el día y la noche tenemos requerimientos diferentes, y la iluminación conectada permite ajustarse a estas necesidades mientras ahorramos energía”, añade.
Las nuevas fronteras de la iluminación conectada
La innovación tecnológica está impulsando nuevas funcionalidades en este ámbito. Uno de los puntos destacados por Comulada es el potencial de las luminarias como elementos multifuncionales. “Un punto de luz conectado tiene todos los requerimientos para integrar otros dispositivos. Tenemos conexión eléctrica, comunicación y protección. Entonces, ¿por qué no aprovechar esta infraestructura para nuevos usos?”
De esta manera, la iluminación conectada no solo mejora el confort y la eficiencia energética, sino que también puede ser el pilar de un ecosistema de dispositivos que ofrezcan servicios adicionales. Por ejemplo:
- Sensores avanzados: Estos incluyen sensores de imagen que analizan visualmente su entorno o sensores de calidad del aire que monitorizan el estado atmosférico. “No hablamos solo de sensores tradicionales, sino de sensores de imagen capaces de analizar lo que ven y sensores de aire que evalúan la calidad ambiental”, detalla.
- Gestores de recursos: “Podemos utilizar estos sistemas para proporcionar información sobre aparcamientos libres o incluso controlar ventanas y sistemas de climatización”.
- Mantenimiento predictivo: Al integrar tecnologías que midan la vida útil de luminarias y dispositivos electrónicos, se optimizan las operaciones y se anticipan posibles fallos. “Toda esta información permite adelantarnos y realizar un mantenimiento predictivo que evita problemas mayores”, subraya.
El papel de la estandarización
Uno de los retos identificados por Comulada es el aumento de la complejidad en estos sistemas, lo que subraya la importancia de estandarizar tecnologías. “La clave está en la estandarización, ya que esta garantiza al cliente que podrá contar con varios proveedores y una mejor integración entre sistemas diferentes”.
La existencia de estándares físicos, como los definidos por Zhaga, y de protocolos de comunicación, como DALI-2, facilita la interoperabilidad y asegura un crecimiento sostenible del sector. “La estandarización no solo beneficia al cliente, sino que también impulsa la integración de diferentes tecnologías y sistemas”, explica.
Una visión hacia el futuro
El camino que plantea Ricard Comulada no solo se centra en la evolución tecnológica, sino también en redefinir cómo concebimos la infraestructura urbana y corporativa. Desde sensores de alta tecnología hasta sistemas inteligentes que optimizan el uso de recursos, la iluminación conectada está transformando el concepto de alumbrado tradicional.
En palabras de Comulada: “La iluminación conectada no solo se trata de ahorrar energía o mejorar el confort; es un ecosistema que redefine las posibilidades tecnológicas. Es un paso hacia adelante que transforma la iluminación en una plataforma que puede soportar un sinfín de aplicaciones futuras”, concluye.